Diseñar el proyecto comunitario.

Primer paso, realizar un diagnóstico social o ambiental para empezar a diseñar el proyecto comunitario.

Al diseñar un proyecto comunitario, es esencial conocer la situación que se quiere transformar, y es que la inquietud o la motivación por llevar a cabo el proyecto suele nacer desde una vivencia personal, subjetiva… pero al analizar la situación de forma objetiva quizás se verá que hay que abordar la situación de otra manera.

Antes de comenzar con el estudio en profundidad, puede ser útil agrupar la situación o problema dentro de las siguientes familias de casos:

(1) De salud: alimentación, salud mental, adicciones con o sin sustancia…

(2) De vivienda: falta de accesibilidad, personas sin hogar…

(3) De educación: refuerzo escolar, divulgación científica…

(4) De ocio o cultura: ocio alternativo, mantener tradiciones, actividades deportivas…

(5) De empleo: desempleo, comercio local, emprendimiento…

(6) De seguridad: violencia de género, racismo, delincuencia…

(7) De entorno: desertificación, contaminación, maltrato animal…

Es posible que la situación sea compleja e incluya más de un caso, nuestra recomendación es que durante el primer año, la meta del proyecto sea solucionar total o parcialmente un único caso.

Una vez se decida qué caso se quiere abordar, el siguiente paso es comenzar con el análisis de la situación local. Para ello, recomendamos buscar estudios o proyectos a nivel estatal o regional, de esta forma, además de entender mejor el problema, también se encontrarán sus posibles causas y soluciones.

⭐ EXTRA: 10 ideas para encontrar estudios o proyectos similares.

⓵ Identifica las palabras clave: Determina las palabras clave que describen el tema de tu proyecto. Estas palabras pueden ser conceptos clave, términos técnicos o palabras comunes relacionadas con tu proyecto.

⓶ Utiliza motores de búsqueda especializados: Utiliza motores de búsqueda especializados para encontrar estudios científicos o proyectos similares. Algunos ejemplos son Google Académico, Pubmed, Scopus o Web of Science.

⓷ Realiza búsquedas avanzadas: Realiza búsquedas avanzadas utilizando las palabras clave identificadas. Utiliza operadores booleanos como «AND», «OR» y «NOT» para refinar los resultados.

⓸ Busca en bibliotecas digitales: Busca en bibliotecas digitales para encontrar estudios científicos o proyectos similares. Algunas bibliotecas digitales importantes son la Biblioteca Digital Mundial, Europeana y la Biblioteca Digital Hispánica.

⓹ Utiliza bases de datos temáticas: Utiliza bases de datos temáticas para encontrar estudios científicos o proyectos similares en un área específica. Algunos ejemplos son BioMed Central, IEEE Xplore y arXiv.

⓺ Revisa las referencias bibliográficas: Revisa las referencias bibliográficas de los estudios científicos o proyectos similares encontrados para encontrar otros estudios o proyectos relacionados.

⓻ Participa en redes sociales científicas: Participa en redes sociales científicas como ResearchGate o Academia.edu para encontrar estudios científicos o proyectos similares y conectarte con otros investigadores.

⓼ Asiste a conferencias o seminarios: Asiste a conferencias o seminarios relacionados con el tema de tu proyecto para conocer estudios científicos o proyectos similares y conectarte con otros investigadores.

⓽ Consulta con expertos: Consulta con expertos en el tema de tu proyecto para obtener recomendaciones de estudios científicos o proyectos similares.

⓾ Utiliza herramientas de análisis bibliométrico: Utiliza herramientas de análisis bibliométrico como Scival o SciMAT para analizar la producción científica y encontrar estudios científicos o proyectos similares.

Segundo paso, definir los objetivos del proyecto.

¿Qué queremos lograr? Es una pregunta esencial que surgirá durante el diseño del proyecto. Aun así se debe hacer también tras lanzarlo, ya que, al poner en marcha el proyecto y conocer mejor la realidad, los objetivos pueden tener que reajustarse. Lo que puede perdurar por mucho más tiempo es la misión o meta del proyecto, y es que está en un nivel superior a los objetivos y representa la situación en la que el proyecto ya carecería de sentido, porque habría llegado a la solución deseada.

Regresando a los objetivos, veamos cómo definirlos. Existe muchísima literatura sobre formas de hacerlo, por ejemplo utilizando la metodología SMART. En este texto sólo mencionaremos algunos de los aspectos clave para proyectos comunitarios:

Los objetivos que se definan deben de ser medibles, si no, será imposible ir haciendo un seguimiento. Estos también deben de ser alcanzables, realistas y además estar fijados dentro de un periodo concreto.

También es esencial que el objetivo no esté siendo llevado a cabo ya por otro grupo comunitario o entidad. Que se dirijan a las mismas personas o entorno al que pensábamos ayudar, claro. Si es así, lo ideal es intentar encontrar la forma de trabajar desde ese grupo o entidad o que deleguen en vuestro grupo ese objetivo.

Lo que sí puede ocurrir, es que el entorno o las personas a las que se ayude estén recibiendo también otro tipo de ayuda, en ese caso se debe trabajar de forma corresponsable con las demás entidades o los servicios sociales, pero sobre eso hemos escrito en el capítulo 10 que trata de cómo ser parte de un tejido social.

Otro aspecto a tener en cuenta, especialmente en ésta década, es intentar trabajar mediante los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.

Cuanto más nos acercamos al año 2030 más claro parece que los objetivos globales marcados en esta agenda no se van a poder alcanzar, pero si han logrado que desde instituciones de todo el mundo se utilice un “lenguaje” similar. Por lo tanto, si el proyecto adquiere también este lenguaje, después será mucho más sencillo darse a conocer, constituirse como asociación, solicitar financiación, etc. También hay que tener en cuenta que en la Agenda 2030 no sólo se marcan los objetivos a alcanzar a nivel global, también la aplican las distintas comunidades autónomas e incluso algunos ayuntamientos, por lo que puedes consultar qué objetivos se quieren alcanzar en tu entorno, y si el proyecto ayuda a lograrlos… las instituciones seguro que son mucho más receptivas.

Siguientes pasos. Definir las actividades del proyecto y la gestión interna.

Una vez se defina qué se quiere lograr en el proyecto, se debe pensar en qué condiciones iniciales se necesitarán, qué actividades permitirán lograr los objetivos y cómo debe de ser la gestión interna. Sobre todo ello tratan los siguientes apartados.

En esta planificación se debe de ser lo más realista posible, ya que si se presupone que, por ejemplo, el ayuntamiento va a dar ciertos recursos, si luego no ocurre, es posible que el proyecto no se ponga en marcha o se retrase mucho.

Por lo que a la hora de pensar qué se necesita para empezar, se debe ir a lo seguro y después siempre habrá posibilidad de que el grupo de voluntariado crezca, de lograr nuevas instalaciones, o de aumentar la financiación y ayuda de otros agentes.

¡Recuerda! Durante todo el proceso de diseñar del proyecto comunitario es importante involucrar a todas las personas que van a formar parte del grupo inicial. Se nos ocurren varias razones para ello:

(1) Una mayor participación generará una mayor motivación.

(2) Se sabrá mejor qué compromiso y capacidades puede aportar cada persona.

(3) La diversidad de conocimiento y opiniones siempre ayudarán a que el proyecto se aborde de la mejor forma posible.

Tampoco estaría mal contar de manera puntual con otros agentes e incluso con las personas a las que va dirigido el proyecto, para que también aporten su visión.

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